domingo, 16 de noviembre de 2008

Matando dinosaurios con tirachinas

Desde luego, esta va a ser una de las entradas más difíciles que voy a hacer. No porque el libro sea complejo, no, sino porque voy a tener que hacer un gran esfuerzo para ser imparcial a la hora de hacer la reseña del libro, el cual, no hay que olvidarlo, fue Premio Nadal de 1996.
La novela cuenta la historia de un joven de Elda que se ha trasladado a vivir a Alcoy con su pareja. Se encuentra en el paro, esperando hacer la objeción de conciencia, y viviendo de su novia; pasa las horas muertas sentado en el sillón sin hacer nada y calentándose la cabeza en cosas del pasado y del presente; los fines de semana sale de juerga con los amigos a lamentarse de su vida actual y a emborracharse. Para colmo de males arrastra una historia familiar en la que su madre sufrió abusos sexuales por parte de su hermano y él sufrió un ambiente familiar sobre protector que le asfixiaba. Lo peor de todo es que poco a poco va echando a perder las diferentes relaciones personales que tiene: con su pareja, con su amigos y con su familia.
A rasgos generales esta es la historia. Señalar que el libro cuenta con un discurso realmente agobiante, ya que en toda la novela no hay ni un solo punto, ni aparte ni seguido, sólo comas, por lo que la lectura se hace bastante pesada, que no la historia, la cual se lee con bastante facilidad. Señalar también que las palabras "coño", "follar", "polla" y otras de este estilo aparecen de forma continua. Hasta aquí lo que es la novela en sí, una reseña como cualquier otra.
El libro está dentro de las listas de bibliografía alcoyana porque, aunque el protagonista, al igual que el autor del libro Pedro Maestre, es de Elda, vive en Alcoy, y por lo tanto, parte de la historia se desarrolla en nuestra ciudad. Pero realmente lo que es la acción del libro se desarrolla prácticamente toda en Elda, a excepción de algunas cosillas. No habla apenas de Alcoy, y para lo que dice mejor se había quedado callado. No digo esto por decir, pero frases como "Alcoy es un muermo", "esta ciudad es de ciencia-ficción o de terror", "[los alcoyanos] salir en serie de sus tumbas, los tíos con las polla en la boca y las tías tan enjoyadas que parecen las reinas de su escalera", y va subiendo el tono, "menudo rebaño de pueblerinos son todos", "esto es una aldea" o "lo que más me gusta de Alcoy, lo que más me gusta es la cantidad de deformes y enfermos mentales que hay (...) creo que se bate el récord del mundo de tarados por metro cuadrado" han hecho que me quedara anonadado al leerlas. Creo que nunca me había sentido tan insultado a leer algo (tal vez cuando leí el "Manifiesto por una lengua común" de Savater, Vargas Llosa, Boadella y otros), pero lo peor es que los insultos los hace de forma gratuita y sin venir a cuento, ¿tal vez alguna mala experiencia personal?, si no, no se entiende. Además, si viniera el autor de una gran capital, pero, con todos mis respetos a Elda y los eldenses, el autor es de esta ciudad y, sinceramente, no creo que sea mucho más cosmopolita que Alcoy.
En resumen, un libro que a mi parecer no tiene nada especial y que mejor dejar en el olvido.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El libro es una m... de mucho cuidado. El bluf de Maestre y del Nadal fue de órdago. Al final, ha quedado en nada. Una novela posterior, Benidorm, supuso el acabóse de este escritor.
Es cierto que en Alcoy la novela sentó como un tiro. De todas formas no hay que olvidar que se trata de una novela, un libro de ficción y no de un tratado sociológico.
Si queréis pasar un rato conociendo la particularidad alcoyana, hay una buena introducción a ello en el libro de Moya, "Queridos Alcoyanos".

Tonino dijo...

yo, al igual que el autor del comentario anterior, estoy disfrutando este año de la asignatura que Mauro imparte en Alicante, es una gozada de profesor, con él se aprende muchisimo.

un saludo¡¡¡

Anónimo dijo...

Una crítica (si es que este texto realmente aspira a ello) bastante lamentable. Centrar el comentario del texto en las reflexiones que hace un personaje de ficción y en la ofensa que provoca sí es realmente provinciano. Me recuerda al jaleo entorno a Houllebecq y el corán. Si hay tanta ofensa y el libro no es de un alcoyano, ¿no sería más sencillo obviarlo?.

Anónimo dijo...

Uy, y además constato atónito que los comentarios no se publican de manera automática, como en la mayoría de blogs. ¿Aparecerá el mío?. Algo me dice que no. Quizá también pueda parecer ofensivo.

Judith dijo...

Hola Anónimo.
Primero, decir que en este blog se publican todos los comentarios, me gusten o no me gusten. La moderación de los mismos se hace para evitar insultos gratuitos de gente que, aprovechando el anonimato, realiza sobre los autores de los libros que comentamos en el blog o la publicidad, como ha ocurrido en algunas ocasiones.
Una vez dicho esto, señalar que las críticas de los trabajos se limitan a ser únicamente una OPINIÓN PERSONAL sobre los distintos libros que voy leyendo, como pone en la presentación del blog, no aspiro a nada más. Quien esté de acuerdo bien, y a quien no le guste que rebata mis argumentos y opiniones con los suyos, pues, de hecho, de eso se trata, de debatir.
Y para acabar, en lo referente a este libro en particular, es cierto que los insultos a los alcoyanos y a Alcoy se hacen a través de las reflexiones de un personaje de ficción. La cuestión está en el hecho de que tales comentarios se hacen de forma gratuita, pues ni vienen a cuento en la historia ni aportan nada a la misma.
Bueno, eso es todo. Espero que si hay un próximo comentario tuyo dejes tu nombre, siempre es mejor saber con quien se está hablando. Por cierto, ¿alguien sabe que ha sido de Pedro Maestre?