Mis memorias de la guerra española. 1936-1939

En alguna ocasión he dicho que el periodo de la Guerra Civil siempre ha sido uno de los que más me gustan. No se exactamente el por qué, aunque supongo que se trata de un tema al que me siento hasta cierto punto ligada por las pocas historias que me contó mi abuelo. Ahora, con el paso del tiempo, su ausencia se me hace más patente cuando me surgen preguntas que me gustaría hacerle y que no le formulé cuando todavía estaba conmigo y cuando a mí todavía no me interesaba demasiado este periodo de nuestra historia. Cuanto me ha arrepentido de no haber sido más curiosa, de no preguntarle qué se siente en las trincheras, cómo fue su día a día en el frente, quiénes eran sus compañeros, quiénes sus enemigos... Hubiera sido una fuente inagotable de información, pues estuvo en el ejército "rojo" y luego con los llamados "nacionales", participó en la decisiva batalla del Ebro, fue legionario, se negó a participar en un pelotón de fusilamiento junto con otros compañeros... Ahora ya es demasiado tarde para eso.

Por suerte no todos han sido igual de tontos como lo he sido yo y además hubo quien escribió sus vivencias en el conflicto español. Éste es el caso de Salvador Jordá Agulló, nacido en nuestra ciudad y quien dejó escritas sus experiencias, las cuales han sido ahora publicadas por el CAEHA bajo un sencillo título: "Mis memorias de la guerra española. 1936-1939".

Para poner al lector en situación, Salvador Jordá Agulló fue militar de vocación, por lo que ya estaba en el ejército cuando el levantamiento del 18 de julio de 1936, en concreto era cabo de la 2ª Compañía del 1ª Batallón en el Regimiento de Infantería Vizcaya nº 21, y por tanto en Alcoy. Esto nos da la oportunidad de tener una visión diferente de los hechos acontecidos aquellos días en nuestra ciudad, pues la mayoría de datos que nos han llegado provienen de aquellos que estuvieron en el exterior del Cuartel, mientras que Salvador Jordá nos cuenta exactamente lo que ocurrió en el interior del mismo.

Poco a poco el protagonista va narrando dónde fue y cómo fueron desarrollándose los acontecimientos: la partida hacia el frente de Córdoba, los primeros combates y la aplastante derrota que sufrieron allí, la vuelta a Alcoy, el frente de Teruel, la pérdida poco a poco del terreno frente a las tropas "nacionales", los bombardeos, luego cómo él y algunos de sus compañeros son atrapados y enviados a un campo de concentración en Zaragoza y más tarde León... La narración acaba tras el final de la contienda y su vuelta al hogar, a nuestra ciudad.
Lo más destacable de este libro es la manera de narrar los hechos. Se trata de un relato hecho por un soldado, una visión desde el punto de vista de un militar que nos da una versión realista de lo ocurrido, sin omitir datos ni vivencias, pero sin caer en unas descripciones excesiva e innecesariamente detallistas que algunos autores utilizan para dar más dramatismo a los hechos. Pero si algo me ha llamado la atención es la imparcialidad de Salvador Jordá, la cual ya es subrayada por los prologuista del libro. En ninguna parte de sus memorias acusa a ninguno de los dos bandos de ser la víctima o el verdugo; habla de las personas: buenas o malas, más humanas o más crueles, y hace incapié en el hecho de que fue la suerte la que dictó el bando que a cada uno le tocó defender, dependiendo más de la situación geográfica que de los ideales.
El prólogo, escrito en valenciano (a diferencia de las memorias que están en castellano), está realizado por Paco Blay y Emilio La Parra, profesor éste último de la Universidad de Alicante, y hace un pequeño e interesante análisis del texto que el lector no debe saltarse.
Un libro muy, muy interesante que no debe dejarse olvidado.